Pese a que estamos hablando de nuevas tecnologías, a la hora de referirnos al aprovechamiento de la energía solar hoy en día, el uso de esta viene dado prácticamente desde la antigüedad. Así pues, la historia y evolución de la energía solar ya tiene unos cuantos años.
Aunque evidentemente no existían las tecnologías de ahora, que permiten transformar la energía solar en energía eléctrica o térmica, esta energía solar se utilizaba de forma pasiva con diferentes medios.
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Origen del aprovechamiento de la energía solar
Los primeros antecedentes de la historia de la energía solar datan varios siglos antes de Cristo, cuando el ser humano comenzó a encender fuegos concentrando la luz solar. A partir de ahí, las primeras civilizaciones ya aprovechaban la luz y calor procedentes del sol de forma pasiva.
En primer lugar, se construían las casas aprovechando la orientación del sol, obteniendo más el calor procedente de este. Además, de esta forma se obtenía una mayor iluminación.
🔥 Historia de la energía solar en la antigüedad
Así, los egipcios utilizaban una serie de concentradores para reflejar la luz solar e iluminar las tumbas en sus entradas y a lo largo de sus pasillos.
Otro aspecto que por ejemplo, data del Imperio Romano, es que se empezaron a poner cristales de vidrio en las ventanas de las casas. El fin de esto es que el vidrio hiciera de lente y calentara las casas en su interior. Además, así se atrapaba el calor dentro de las mismas. Este fue uno de los desarrollos técnicos más importantes de la antigüedad solar.
Teniendo en cuenta estos principios, también se desarrollaron invernaderos y diferentes edificios de cristal. Su objetivo era poder aprovechar el calor para, por ejemplo, el criar plantas exóticas u obtener semillas.
El rayo de calor de Arquímedes
Aunque es un tema que ha originado un debate desde el Renacimiento, la historia cuenta como Arquímedes utilizó una serie de espejos concentradores de rayos solares entre los años 213 a.C a 211 a.C.
Estos espejos, conocidos como espejos ustorios, concentraban los rayos de tal manera que generaban un gran calor en el foco al que se dirigían. Así, utilizó esta tecnología en Siracusa para incendiar los barcos romanos y repeler así su ataque.
Era del calentador solar
Podemos decir que en el año 1767 comenzó el desarrollo de la energía solar térmica. El inventor suizo Horace de Soussare fue quien inventó el primer colector solar. Para ello, creó la denominada caja caliente.
Utilizando el efecto invernadero, pintó de negro todas las caras de una caja menos una, acristalada, así como las dotó de una capa aislante. De esta forma, el calor se retenía en su interior y se lograban alcanzar temperaturas alrededor 100ºC.
Este antecedente fue clave en la historia de la energía solar para los posteriores desarrollos de calentadores solares y la energía térmica de baja temperatura.
El horno solar
Años más tarde, en el 1792, el químico francés Antoine Lavoisier desarrolló un horno solar que alcanzaba altas temperaturas capaz de fundir metales. Su invento consistía en dos lentes muy potentes que concentraban la radiación en un punto fijado.
El primer calentador solar
En el año 1891, Clarence Kemp fue quien inventó y patentó el calentador solar, origen del agua caliente sanitaria. Utilizó un tanque de agua pintado de negro en el interior de una caja provista de un vidrio. De esta forma, el calor generado calentaba el agua de forma suficiente como para poder bañarse.
Antecedentes de la energía solar fotovoltaica
Aunque ya se había utilizado para otros fines y se conocía qué es la energía solar, para llegar a las primeras células fotovoltaicas nos tenemos que venir un poco más cerca. Concretamente, hasta el año 1839, en dónde fue Alexandre Edmond Becquerel quién descubrió el efecto fotovoltaico. Este hecho fue uno de los más importantes en la historia de la energía solar.
A partir de este descubrimiento, todo empezó a evolucionar y a perfeccionarse. Posteriormente, pasando por el año 1873, Willoughby Smith descubrió el efecto fotovoltaico en el selenio.
Años más tarde, el profesor William Grylls Adams observó como se generaba una corriente eléctrica cuando el selenio estaba expuesto a la luz. Para ello, utilizó dos electrodos conectados a una plaquita de selenio y midió el paso de electricidad cuando la exponía a la luz solar.
La primera célula solar
Estos descubrimientos siguieron evolucionando hasta que los continuos avances dieron con las primeras celdas solares fotovoltaicas. El inventor Charles Fritts diseñó la primera célula que tenía un rendimiento del 1%. Sin embargo, debido a su elevado coste, se utilizó para otras aplicaciones.
El nacimiento de la fotovoltaica
Fue en el 1946 cuando se creó la primera patente de una célula fotovoltaica de silicio. El inventor estadounidense Russel Ohl la construyó y patentó, aunque el impulso real de esta tecnología vendría unos años más tarde. Por tanto, podemos decir que Ohl fue quien creó e inventó los paneles solares.
Posteriormente, en el 1954, el laboratorio Bell Labs logró aumentar la eficiencia de las células al 6% experimentando con impurezas del silicio. De esta manera, se comercializaron en el año 1956.
Evolución de esta energía
Tras todos estos descubrimientos, la evolución de la energía solar creció brutalmente, llegando hasta los niveles de desarrollo que tenemos hoy en día. Uno de los hecho más importantes fue su utilización en el espacio exterior.
🚀 Energía solar espacial
Pese a que el coste era bastante alto en un primer momento, el avance de la tecnología permitió que en los años 70 y gracias a su desarrollo, empezaran a costar mucho menos de la mitad.
A día de hoy, la energía procedente del sol es una de las grandes fuentes de energía renovable y limpia que podemos utilizar.
La construcción de grandes plantas solares está a la orden del día. Las primeras plantas fotovoltaicas han ido evolucionando y cada vez tienen un tamaño mayor. De hecho, muchas de ellas ya abastecen pueblos o pequeñas ciudades en todos los rincones de la tierra. Por otra parte, la energía térmica es cada vez más utilizada en nuestra vida cotidiana.
Además, cada vez se encuentra más regulada y aprovechada para evitar la contaminación y también contribuir al ahorro energético por parte de las familias.